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“¡Es tan cómodo ser menor de
edad!. Si tengo un libro que piensa por mí, un pastor que reemplaza mi
conciencia moral, un médico que juzga acerca de mi dieta, y así sucesivamente,
no necesitaré del propio esfuerzo. Con sólo poder pagar, no tengo necesidad de
pensar: otro tomará mi puesto en tan fastidiosa tarea”.
Esas palabras forman parte de “¿Qué
es la ilustración?”, un breve escrito de cuatro páginas del filósofo alemán
Inmanuel Kant.
Nos informa Michel Foucault, en
un trabajo suyo elaborado 200 años después de aquel, que se trata de la
respuesta que, a la pregunta precedente, remitió I. Kant al periódico alemán Berlinesche
Monatschrift, publicada en noviembre de 1784.
Agrega que la respuesta de Kant
muestra a la Ilustración como una salida, como “un proceso que nos libera
del estado de tutela... un estado de nuestra voluntad que nos hace aceptar la
voluntad de otros”.
Durante el siglo veinte, el
monumental crecimiento tecnológico y científico a permitido desarrollar una
verdadera ciencia del dominio de la “opinión pública”.
De la mano de los medios de
comunicación y del amplio conocimiento que se tiene sobre el comportamiento
humano, nos acostumbraron a valorar positivamente el que “con sólo poder
pagar, no tengamos necesidad de pensar”; se ha desarrollado un estado en
nuestra voluntad “que nos hace aceptar la voluntad de otros”.
Sin embargo, todavía podemos
acceder por diversos caminos al desarrollo de cierta independencia intelectual;
a una liberación, al menos parcial, de las influencias que los otros –con o sin
intención- pueden ejercer. El procurarnos un amplio bagaje de conocimientos,
una sólida formación cultural, es un elemento vital para ese fin.
Desde luego, nada sirve por si
solo y menos aún si no se tomó conciencia de lo peligroso que es leer o
escuchar sin parapetarse en el análisis de lo que se recibe.
Para las personas que tomaron por
costumbre cultivarse y revisar los contenidos ideológicos que se nos presentan
por intermedio de la televisión, la radiodifusión y los diarios y las revistas
y, en especial, para los estudiantes abocados a las carreras de Periodismo y de
Ciencias Políticas, recomiendo leer atentamente “EL ESPECTÁCULO POLÍTICO”.
Se trata de una excelente
selección de textos, realizada por Víctor Zaza Trigo, que nos permiten comprender
los mecanismos de difusión ideológica y de propaganda política más relevantes
de la última centuria.
La acertada inclusión de treinta
y ocho aforismos que prologan el cuerpo principal de la obra, despiertan uno
tras otro nuestra sed de adentrarnos en lo que vendrá.
Luego, bajo el título: “Propaganda,
publicidad y medios de comunicación en los sistemas políticos modernos”,
nos compenetramos en las razones que han llevado a esta forma de mercadotecnia
política. Dice un párrafo de su primer texto: “Para Jacques Ellul, han sido
las masas las que han hecho que la propaganda sea posible. Tiene que darse una
combinación de fenómenos demográficos como son el aumento en la densidad
poblacional y las concentraciones urbanas. A esto hay que añadir que las masas
adquieren importancia política porque en los sistemas políticos modernos las
masas son la base del poder político. Son las que apoyan o eligen a un líder,
sea este un dictador o no. Hay, por lo tanto, la necesidad de manipular la
opinión de las masas mediante el desarrollo de la “opinión publica”.
Los legos en el tema tomamos
conocimiento de las tres formas de mentir o de distorsionar un mensaje en la
propaganda o en la publicidad, según Durandín:
- Supresiones o hacer
creer que cosas que existen no existen.
- Adiciones o hacer
creer en cosas que no existen.
- Deformaciones o
deformar algo que existe.
De esta forma, la cruda realidad
va ganando terreno y empezamos a interesarnos en la necesidad de este análisis
provisto por “EL ESPECTÁCULO POLÍTICO”, suficientemente profundo como para
vislumbrar cuanto de verdad y de mentira puede haber detrás de una información.
Comenzamos a entender que “desde
el punto de vista de la comunicación, la política es también un debate sobre la
definición de la realidad ya que el apoyo o la oposición que se genere depende
de la definición o construcción de la realidad que se torne hegemónica o
dominante en una sociedad”.
Seguirán artículos sobre: la
guerra del Golfo, la Guerra Fría, Vietman, las campañas electorales del PRI, PAN
y PRD en México, las guerras mundiales, técnicas de amnesia, la Rumania de
Ceaucescu, la propaganda nazi, textos de Hitler y Goebbels, la CIA, la CNN, el
franquismo, el imperio mediático de Berlusconi, Fujimori, el régimen soviético,
etc.
Leeremos, no sin tristeza, un
texto que nos narra sobre como “la manipulación y sin duda el temor, han
llegado en Colombia al extremo de contaminar el lenguaje. Ya no se pueden
llamar las cosas por su nombre... En efecto, en vez de “secuestros” se habla de
“retenciones”... los asesinos reciben el nombre de “victimarios”.
En poco más de cien páginas
tenemos un amplio panorama sobre el manejo de la opinión publica, necesario
para todos aquellos que deseamos salvaguardarnos de formar parte de una
multitud que corra sin saber adonde va.
Kant pregona: “¡Ten valor de
servirte de tu propio entendimiento!. He aquí la divisa de la Ilustración”.
“EL ESPECTÁCULO POLÍTICO” es un
digno exponente a favor de esa consigna.
Espero que este notable trabajo
de Víctor Zaza Trigo, tan inteligentemente compaginado, fecundo en la seria
descripción y el análisis de hechos más o menos recientes de la historia
mundial, reciba algún día el merecido premio de su difusión pública.
Haré constantes votos para que
así sea.
Daniel Adrián
Madeiro
Domingo
9 de noviembre de 2003.
Algún tiempo despues, nunca volví a tener noticias de mi amigo Victor Zaza Trigo y el libro jamás llegó a publicarse.
Algún tiempo despues, nunca volví a tener noticias de mi amigo Victor Zaza Trigo y el libro jamás llegó a publicarse.
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