lunes, 11 de febrero de 2013

CÓMO ENCARAR UNA HOJA EN BLANCO

Foto Google


Señor: en el divino orden del universo,
mi corazón, mis labios se mueven para el verso.

A un señor muy rico para que nos regale una casa – Baldomero Fernández Moreno

Hace poco, un mediodía, un amigo, Emanuel Alegre, me propuso que escriba algo vinculado a la situación del autor frente al papel en blanco.
Por acceder a su invitación, aquí estoy ante la hoja vacía.
Delante de mí un “nuevo documento en blanco” del Word espera mis palabras, anhela mis enunciados.
Sería irresponsable de mi parte decir qué sienten los escritores ante esta situación. Me conformo con hablar de aquello que pasa conmigo.
En principio, no me encuentro nervioso, no tengo miedo de no saber qué escribir.
Quizá alguien suponga mal y considere ésta una actitud personal presuntuosa.
No es así.
Es que si ahora estoy frente al papel, es porque ayer me tomé el tiempo y la distancia necesarias para evaluar qué hacer con él; si decidí encararlo, es que tengo la firme resolución de vencerlo.
Me fascina escribir y más aún que me propongan temas que me obliguen a despertar mi imaginación e inteligencia.
En todo caso, el problema no es el papel vacío sino la imaginación apagada, la inteligencia dormida, la falta de amor genuino por la palabra escrita y sus destinatarios.
Y no se trata de lo que se llama inspiración; la cosa no es esperar ese momento mágico que nos condiciona como autómatas para obrar el hecho artístico a partir de ese punto.  Porque: si las lluvias de agosto mojan las alas de las musas ¿No escribiremos?
Siento el ser escritor como el vivir necesitando plasmar cada instante de la vida nuestra, de ellos, de todos, en el papel; hablar de lo que queremos y lo que quieren; de lo que hacemos y lo que hacen.
Recuerdo una “plegaria” pagana que dice:

¡Inteligencia, dame
el nombre exacto, y tuyo,
y suyo, y mío, de las cosas!

Juan Ramón Jiménez, su autor, le pide ayuda a la inteligencia.
Si no hay un pensador primero, no puede haber un escritor después.

Daniel  Adrián  Madeiro

Copyright © Daniel  Adrián  Madeiro.
Todos los derechos reservados para el autor.

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